Marta Moro

Es otro de los pintores figurativos que forman parte de la exposición «El Arte de la Semejanza».

Su inquietante obra otorga a las figuras humanas un poder de transmisión de emociones muy desconcertante, pues casi todas están en una posición muy estática. Pero la mirada, los pequeños objetos que les acompañan y ese fondo rojo sangre que se funde con sus ropajes, les dotan de una fuerza expresiva enorme.

Dentro de esa categoría está esta obra suya:

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No me digais que no es impactante.

En su web oficial podreis ver más obras como ésta y su extensa biografía artística.

Así se titula una magnífica exposición que se puede ver estos días en el Centro Caixanova de Vigo.

Reune a varios artistas que, bajo el nexo de unión de la figuración contemporánea, ofrecen varias modalidades de este este estilo que algunos consideran superado.

Me he quedado muda la ver de cerca algunas de estas obras. Algunos autores detallan hasta la obsesión el más mínimo resquicio celular de los objetos representados, como «Hold I», un bloque de piedra atado con cuerda y tallado a mano en una sola pieza, de Rómulo Celdrán.

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Otros prefieren causar un efecto fotográfico de lejos o a cierta distancia con una excelente técnica al óleo de manchas planas sutilmente entrelazadas, como es el caso de Eloy Morales.

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Algunos ya eran viejos conocidos de este blog, como Juan Francisco Casas y su boli Bic.

El que pueda que corra a verla, porque no ocurría algo así en esta ciudad desde la exposición del «Realismo» con alguna obra de Antonio López y Roberto González.

He visitado recientemente esta exposición en la Casa de las Artes de Vigo. Permanecerá abierta hasta el 10 de enero de 2010.

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La Fundación Caixa Galicia muestra una retrospectiva de la obra de esta pintora gallega, considerada como una pionera de la vanguardia española. Maruja Mallo estuvo relacionada con la Generación del 27. Incluso en la exposición se la puede ver en una foto junto a Andy Warhol.

En las salas hay pintura, dibujos y bocetos, que acompañados por textos de la pintora, fotos y publicaciónes de su época, como la Revista de Occidente, proporcionan un buen acercamiento a su biografía. Se puede observar su evolución artística: en los primeros años usaba un estilo mural con un dibujo ya muy sintético, incluso en su etapa surrealista. Se fue acercando a la composición geométrica con sus famosos retratos de mujeres, para finalizar con un estudio matemático de las formas.

Es el título de esta obra de Fidel Molina que tan generosamente quiere compartir con los seguidores de este blog.

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Él mismo explica su cuadro:

«Las imágenes de la playa me parecen de una plasticidad muy grande, con muchas posibilidades, además de permitirme tratar un tema que a mí me gusta de forma particular, como es el desnudo y la figura humana.

Aunque parezca una imagen real de playa, procede en realidad de un modelo en estudio iluminado convenientemente para conseguir esa escena precisa.

Opté por una composición más cerrada, sin mostrar la figura completa, ya que de esta forma se consigue una imagen más interesante y un mayor acercamiento emocional a la figura representada.

Era importante también para mí conseguir dotar a la escena de ese ambiente luminoso y cálido propio del escenario, y que pudiera llegar a transmitir de alguna forma las sensaciones de relajación, calor y luminosidad de un día de verano.

De igual manera, me gusta que el cuadro plantee al espectador ciertos interrogantes alrededor de él, y creo que esta obra cumple esos requisitos, empezando por la pista que da el título -Capítulo Seis-»

Óleo y acrílico sobre lienzo.

130 x 89 cm

Año 2008

Precio: 3500 €

Actualmente está expuesto en la Sala de Exposiciones de Cajamurcia en Caheguín (Murcia), hasta el 31 de octubre.

En la entrada anterior os contaba la última acción promovida por los «Hartistas».

Y hoy os voy a contar por qué me he hecho «hartista».

No encontraba ni mi sitio, ni mi lugar, ni mi tiempo en el mundo del arte contemporáneo actual, sobre todo teniendo en cuenta que soy una simple pintora aficionada, a la que le gusta ver y admirar cuadros de otros pintores. A veces hasta me gusta ver escultura u oir música… Ni siguiera me atevía a decirlo en conversaciones que pudieran tener que ver con el tema, so peligro de quedar como una ignorante. He dedicado largos períodos de mi tiempo libre a visitar exposiciones de las que he salido con la boca abierta, pero no de admiración, sino de estupor: «¿cómo es posible que le hayan pagado al artista una pasta gansa por hacer esto, seguramente pasta que ha salido de los bolsillos de todos nosotros, los contribuyentes?»

Neones retorcidos simulando palabras colgadas por la pared, altavoces escondidos repitiendo la misma palabra en un idioma extranjero, video-instalaciones (mis preferidas) que consisten en una pantalla, metida en un enmoquetado cubículo oscuro que hay tras una cortina, en la que aparece la misma imagen de cualquier cosa repetida hasta que se cierra el museo…

El último impacto museístico fue demoledor: unos mamotretos de cemento con forma geométrica llamados «tetrápodos», que habían sido dejados en varias salas del museo, en concreto el MARCO de Vigo, con la indicación expresa al personal de transporte y desembalaje de que dejaran allí mismo los palés y los materiales usados para cubrirlos tirados de manera espontánea, que eso era lo más artístico…

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y yo unos días antes los había visto sujetando la arena de una playa en Portugal…

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Y en otra sala había esto:

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Me fui a mi casa con dolor de cabeza producido por el hecho de no poder haber gritado en el museo y en todo el camino de vuelta, no fueran a tomarme por una pirada…

Pocos días después, tras una caja de ibuprofeno, pensé, bueno, estas cosas pasan en las ciudades, donde los comisarios de las exposiciones son unos snobs, aquí en el pueblo seguro que no pasa. Y me fui tan campante a la Sala Municipal de Exposiciones de Tuy y me encontré con esto, un «Conceto», que diría Manquiña, ¡¡¡que valía 6000 euros!!!:

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y con esto, ¡¡¡que valía 1500!!!:

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Arjjj!!!! Pero si yo vi la obra de teatro «Arte», en la nos reíamos de los yuppies que compraban por una millonada un cuadro totalmente en blanco con un ligerísimo punto negro en el centro…

Pero mis sufrimientos han terminado, ya no me siento una aislada loca de atar en el océano proceloso del arte contemporáneo, hay otras muchas personas que les pasa lo mismo que a mi, he encontrado mi «asociación de afectados», leyendo su manifiesto se me saltaban las lágrimas de excitación y alegría, ¡¡¡odian tanto las video-instalaciones como yo!!! He superado el test y soy una «Hartista»…

Hoy se ha celebrado en Santiago de Compostela, a partir de las 11’00 horas el Día del Orgullo del Pintor o Pinta[C], promovido por Los Hartistas.

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Son un movimiento artístico al que me he unido, nada más ver su página y leer su manifiesto. Están hartos de video-instalaciones y «conceptos» que nadie puede entender, que es en lo que se basa la mayoría del arte contemporáneo actual y promocionado por museos e instituciones públicas.

Han organizado esta convocatoria para disfrutar de la pintura, con Magosto incluído, a la que no he acudido por enterarme hoy mismo, si no hubiera ido allí con mi caballete a pintar al lado del Centro Galego de Arte Contemporáneo.

Seguiré al tanto para ver como fue la celebración.

Recuerdo, con cierta nostalgia cómo, cuando era una estudiante de la Historia del Arte de COU, gracias a una magnífica profesora, Doña Aurora, me impresionó este cuadro de Turner, el que es considerado el precursor del Impresionismo.

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Me parecía curioso como estilos tan similares se habían desarrollado uno tras otro,  a ambos lados del Canal de la Mancha, extendiéndose luego por el resto de Europa y América, con lo difícil y complicado que sería viajar en aquellos tiempos.

Una persona de mi familia está en Londres estos días, y pordrá ver una magnífica exposición que hay en esta ciudad sobre este genio de la pintura en la Tate Britian. En escasas dos horas de vuelo podrá empaparse de su maestría, cuando en la época del pintor podrían tardarse semanas en llegar al mismo destino.

En este enlace podeis saborear una excelente referencia sobre este cuadro.

Que cantaba Frank Sinatra…

¡Ay, quien pudiera estar estos días en New York!

Resulta que hay una exposición en el Museo Metropolitano de varias obras maestras de Vermeer, entre ellas «La lechera».

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Además están muy bien acompañadas de pinturas de otros contemporáneos suyos alemanes como Pieter de Hooch o Nicolaes Maes.

Es su fascinante manera de celebrar el 400 aniversario del viaje de Henry Hudson (cuyo apellido da nombre a la bahía de Nueva York) desde Amsterdam a Manhattan.

Un ejemplo de un realismo contemporáneo, de colorido luminoso y mediterráneo.

Fidel Molina es otro de mis favoritos de Artelista.

En esta pintura, una de sus últimas obras, capta a la perfección ese ambiente luminoso y cálido del mediodía, tan difícil de ver y representar, incluso para una cámara fotográfica. El exceso de luz tiende a borrar los contornos y a blanquear los colores si no se usan los «filtros» apropiados. Y Fidel ha usado los de su pincel. Hay una atmótsfera impresionante en esta cuadro. El río brilla hasta casi deslumbrar.

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Os aconsejo que os tomeis vuestro tiempo para ver este blog de autor desconocido. Sentaros cómodamente, ir a por vuestra bebida favorita y poner una musiquilla acogedora.

Preparados, listos, ya…

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No sé quién es el autor de este blog, pero es una maravilla.

Una magnífica forma de diferenciar entre dos estilos que a veces se confunden: el realismo y el hiperrealismo.

Me vais a permitir que en esta primera entrada sobre este blog, porque habrá más, me decante por el hiperralismo. En esta página hay nombres que ya han salido en este que leeis, como Javier Arizabalo o Eduardo Naranjo. Pero he hecho grandes descubrimientos de pintores que no conocía.

Para empezar os recomiendo la visita a la página de Pedro Campos ya para contrastar la de Chenying Chen. Dos exponentes contrarios de lo que puede transmitir el hiperrealismo: máxima dulzura o tremenda inquietud.