Marta Moro

Así se titula la obra terminada de Omar que aparecía en esta entrada, con la que comenzaba una «exposición virtual» de sus obras en este blog, que irán apareciendo poco a poco e intercaladas con otras entradas.

Ya podemos admirar este cuadro por completo y discernir la maestría de su técnica para dar vida a la piel humana pintada.

Creo que es un título muy apropiado, pues la postura de la modelo crea una composición visual de ángulos con la dobleces de las articulaciones de su cuerpo, con unos huesos que se notan debajo de la piel: el codo, las rodillas y el tobillo. Es una postura estática pero las angulaciones le otorgan el dinamismo suficiente para proporcionarle vitalidad y esa sensación de introspección, de ensimismamiento e intimidad, sin que veamos el rostro de la modelo.

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He aquí el detalle de la mano terminada:

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