Santiago Rusiñol 26 marzo 2009
De inspiración impresionista y simbolista, este pintor y escritor, ideólogo del modernismo catalán, merece una estimación detenida. Aquà podeis leer su biografÃa.
Si bien, cuando estuvo en ParÃs, reflejó en su obra el frÃo ambiente de esa ciudad en invierno, el verano mediterraneo se destila por sus pinceles en las obras que hizo después en su Cataluña natal. En Sitges fundó el taller-museo «Cau Ferrat».
En esta página puden verse 197 obras suyas pertenencientes a distintas épocas. Mis preferidas son los paisajes como éste:
Y los jardines como éste:
me gusta JardÃn con cipreses: tiene unos tonos rojizos por detrás que le dan un aire de misterio extraño…
Sin embargo, prefiero los que están llenos de luz, como el del patio.
Me sigo quedando con Sorolla y su luz. SÃ, ya sé que el pata negra no es incompatible con los percebes, pero prefiero al valenciano
La metáfora culinaria viene al pelo. A mi cualquier cuadro de tema marinero de Soroya me parace un manjar. Pero reconozco que el catalán tiene un no se qué, como una vitalidad, un «la vie en rose»; esos colorines tan alegres y tan bien colocados el uno al lado del otro. Tienen como buen humor: es como las fresas con champán, bueno con cava.