Marta Moro

Un blog sobre pintura

Retrats 16 agosto 2009

Filed under: Otros pintores,Retratos — Marta Moro @ 17:03

Es el nombre del blog de un nuevo seguidor de éste.

La página es de creación muy reciente pero los retratos ya son obra de un experto.

Creo que va a ser interesante seguirlo en el futuro.

Podeis comprobarlo visitando su web, pinchando en su autorretrato:

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Blanco

 

Roberto González Fernandez 5 agosto 2009

Filed under: Otros pintores,Paisajes,Retratos — Marta Moro @ 20:05

Es uno de mis favoritos, nacido en mi pueblo, Monforte de Lemos (Lugo) y sobrino de la profesora que me enseñó a pintar.

En su web oficial podeis ver toda su obra, recopilada con gran amplitud. Es un artista interesado por muchos recursos expresivos además de la pintura, maneja el grabado, la fotografía y el video como el genio que es.

Tuve el placer de ver algunas de sus obras, las del año 1995 en una exposición, y me quedé parapetada, abrumada por la maestría de un hiperrealista que transmitía sentimientos y provocaba reflexiones, que en mi caso duraron varios días.

Recupero este cuadro de aquella ocasión porque conozco personalmente al retratado, es un vecino de nuestro pueblo, y no sólo el parecido, sino también la expresividad y la personalidad del sujeto están totalmente logradas. Al fondo se puede ver la figura emblemática de nuestra localidad, el castillo y monasterio de San Vicente del Pino.

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Grimaldi XII, Roberto González.

Ahora me ha llamado mucho la atención este cuadro de «La Coruña I». Aquí podeis ver al pintor en el proceso de creación del mismo.

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La Coruña I, Roberto González.

La precisión es asombrosa, sólo se ha permitido incluir el nombre de la ciudad sobre la reflectante fachada de La Domus. Hace unos días estuve en La Coruña y verdaderamente es una ciudad preciosa, y Roberto ha captado el ambiente marítimo salado, venteado y nubloso de esta costa del atlántico norte.

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Georges Pierre Seurat 27 junio 2009

Filed under: Otros pintores,Paisajes — Marta Moro @ 21:10

El Can-Can me llevó de Manet a Seurat.

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Georges Seurat, Bailarines de Can Can.

No podía olvidarme de este genio que inventó el Puntillismo, ese estilo pictórico no apto para hipermétropes.

Es una derivación del impresionismo, llevando al límite el principio de descomposición de la luz, y colocando las pinceladas de colores puros unas al lado de las otras, pero en este caso, las pinceladas son puntitos. La colocación resulta casi geométrica, y por tanto las figuras que compone. De ahí al Cubismo sólo hay un paso. Bueno… un gran paso que tuvieron que dar otros pintores, como Picasso.

Pero la obra que da nombre al estilo puntillista, y que resultó ser la más celebre de Seurat, reconocida como un icono de la pintura del XIX es esta: «Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte».

Tardó dos años en realizarla, haciendo multitud de bocetos, y estudiando la mejor manera de colocar los puntitos de color a una distancia concreta para mostrar todos los efectos que deseaba, con la intención de que fuera el ojo del espectador el que mezclara los colores puros en la retina y así dar lugar a sensaciones más intensas, creando algo parecido a una nube de color vibrante (fijaros en el detalle de la copa del árbol del plano medio de la izquierda). Era un científico del color, de cómo éste puede transmitir emociones de la manera más apropiada. Este cuadro es un manifiesto de su teoría pictórica: las lineas verticales y los colores cálidos para expresar alegría, y la líneas horizontales junto con el equilibrio entre colores cálidos y fríos para expresar relajación.

Por otro lado, la aparente quietud de las figuras de este cuadro contrasta con la gran cantidad de motivos y espacios, lo que da lugar a un incesante movimiento armónico.

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Georges Seurat, Tarde de domingo en la Grande Jatte.

Si Seurat no hubiera muerto a la temprana edad de 32 años, hubieramos podido ver muchas más maravillas como ésta.

 

Édouard Manet 23 junio 2009

Filed under: Bodegones,Otros pintores,Retratos — Marta Moro @ 20:53

Figura clave de la pintura francesa de finales del XIX y comienzos del XX, Manet conjugó el realismo que rompía moldes (con su obra «Desayuno sobre la hierba» creo una pequeña revolución social y una grande en la pintura de su época) con el impresionismo.

Sus contemporáneos le criticaron duramente: que si no hacía bien la perspectiva, que si no componía el tema con equilibrio, que si los personajes eran demasiado reales y contemporáneos… Y hoy es uno de los grandes. Esos «defectos» son su mayor aportación a la evolución de la pintura.

Especialmente me gusta este cuadro: «El bar del Folies Bèrgere».

Otra vez un cuadro que mete al espectador dentro con el recurso del espejo, y que al mismo tiempo nos muestra el gran ambiente del local, ruidoso, atestado de gente, una escena frívola de las noches parisinas. Y dominando la escena, esa camarera imperturbable que mas bien parece una diosa distante esperando a que elijamos el deseo que nos va a conceder, dejando en un segundo plano a la figura masculina que está siendo atendido como cliente.

Cierto que la perspectiva no nos coloca correctamente como «el cliente» porque se refleja a la derecha y ella está casi de frente a nosotros, y el espejo está también completamente paralelo a la mesa de mármol, no está ladeado. El cuadro nos obliga a pensar, a colocarnos, a adivinar la intención del pintor, a que nos situemos como clientes, usando  a la figura masculina como necesaria sólo para dar veracidad al efecto del espejo.

Por otro lado, el preciosismo de los detalles de las botellas, del vestido, las joyas y el adorno de flores en el pecho, las flores en la copa, las naranjas, crean verdaderos bodegones impresionistas dentro de la obra. Pero donde más se puede observar este estilo es en el fondo del espejo, donde se refleja la gente, la luz artificial de las lámparas y el ambiente creado por ellas, y en el vaho producido por la condensación en el propio espejo. Una maravilla de cuadro.

Detallito: fijaros en la imagen de la esquina superior izquierda, yo juraría que son las piernas de una trapecista, no? ¡Menudas juergas las del «fin de siècle»! Casi se puede oir el Can-Can

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Edouard Manet, El bar del Folies Bèrgere

 

Sorolla en El Prado 4 junio 2009

Filed under: Otros pintores,Paisajes,Retratos — Marta Moro @ 23:53

He aquí la exposición. Con ella se cumple uno de los anhelos de este genial pintor, ver una antología de su obra en El Prado, junto a su admirado Velázquez.

En esta página del museo se puede ver una presentación en video de la exposición comentada por los dos comisarios de la misma. Muy interesante, 15 minutos de explicaciones que nos ayudan a entender mejor su pintura y la distrubución de sus obras en las distintas salas. Si se continúa por la página hay abundante información sobre las obras mostradas

Entre ellas, figura los 14 paneles que hizo para la «Hispanic Society of America» en los que refleja su visión de España.

Una ocasión única de poder ver su obra, sus grandes obras, reunidas para la ocasión y dificilmete repetible.

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Cosiendo la vela, Sorolla

 

Roy Lichtenstein 1 junio 2009

Filed under: Otros pintores,Retratos — Marta Moro @ 20:09

Parece ser que la última imagen que sale en la cabecera de «Mujeres Desesperadas» es de Robert Dale (Pareja romántica») como dice Borja. No he encontrado referencias de este autor en la red, tan sólo de algunas de sus obras.

Pero me recuerdan a las de Roy Lichtenstein.

Al parecer la técnica de «los puntitos» fue una invención de él, que añoraba no haber inventado Andy Warhol. Creo recordarlo de cuando fui al Guggenheim de Bilbao y pude ver un cuadro suyo en una exposición itinerante.

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Puntitos Lichtenstein.

Este es una de sus obras más conocidas, y me gusta especialmente por la tensión cinematográfica que crea.

En el Observatorio se puede ver un estupendo análisis sobre ella.

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En el coche, Roy Lichtenstein.

Escogía imágenes de los comics y de los productos industriales, parodiándolos, magnificándolos, pero no con un ansia de crítica social, sino para hacer más consciente al público norteamericano de su cultura.

Conincidió en el tiempo con Andy Warhol, en el estilo que se llamaría Pop Art, pero huía de las cámaras y de los flashes. Era un hombre introvertido en su arte, que recibió críticas muy negativas.

 

El Matrimonio Arnolfini 29 mayo 2009

Filed under: Otros pintores,Retratos — Marta Moro @ 18:25

Otro de los cuadros empleados en la cabecera de «Mujeres Desesperadas«.

Se trata del archiconocido «Matrimonio Arnolfini» de Jan Van Eyck.

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Matrimonio Arnolfini, Jan van Eyck

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Nunca deja de sorprenderme este cuadro, por muchas veces que lo mire. Es de los primeros que recuerdo haber comentado con detalle en clase de Historia del Arte en COU. Tenía una profesora estupenda, todo sea dicho: «Doña Aurora». Ella fue la que hizo que me interesara por la pintura, no sólo como hobby de practicar con los óleos.

En el Observatorio tienen un análisis pormenorizado de esta importante obra de la historia de la pintura, no obstante fue de las primeras obras por encargo a un pintor, no por parte de un príncipe o aristócrata mecenas de artistas, sino por parte de un acaudalado hombre de negocios, un miembro de la incipiente burguesía de la época, que poco a poco como clase social iba a emerger en Europa y a propiciar la independencia económica de los artistas.

Parece ser que este pintor, junto con su hermano Hubert inventaron la pintura al óleo casi como hoy la conocemos, mezclando los pigmentos con aceite de linaza manualmente, aplicándola al lienzo en numerosas capas y luego dando una última capa de barniz, lo que le daba al cuadro un aspecto esmaltado. ¡Benditos los tubos de óleo de hoy en día! porque leyendo el libro de «La joven de la Perla» (en la película no sale este tema) se adivina lo latoso y peligroso para la salud que era estar mezclando todos los pigmentos continuamente y lo difícil que era conseguir la textura y el color adecuados.

Volviendo al cuadro: se muestra la figura predominante del hombre y la sumisa de la mujer (algo muy bien aprovechado en la cabecera de la serie de TV, llevado al extremo) en lo que parece ser una ceremonia nupcial; con varios símbolos de lealtad, fidelidad y fecundidad a su alrededor. Y no está embarazada, muestra su deseo de estarlo subiéndose las ropas al vientre, pues hay documentos que demuestran que este matrimonio no tuvo hijos. A la ceremonia asiste como testigo el propio pintor, pues se refleja su figura en el espejo del fondo, encima del cual está su propia firma.

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Van Eyck, Arnolfini, detalle

 

Mi David, de Omar Ortiz 19 mayo 2009

Filed under: Omar Ortiz,Otros,Otros pintores,Retratos — Marta Moro @ 19:45

No se lo que dicen los críticos, pero para mi este hombre es un genio.

Fijaros en este David, las dimensiones del cuadro son enormes, 190×160 cm, pero aún así consigue una gran maestría para mostrar la anatomía de un rostro, que es a su vez una obra maestra de la escultura clásica, el «David» de Miguel Ángel.

Incluso aporta su elemento personal a la genial obra clásica: convierte la onda de David, que en la escultura es del mismo mármol que el resto, en una suave tela blanca de sábana. Preguntado al autor, esta fue su respuesta: «La ideas principal fue retomar algo clásico y convertirlo en contemporáneo cambiando un elemento para descontextualizar la pieza (crear un choque visual entre un material duro y otro suave). Otro detalle es que pintar telas se ha convertido una constante en mi obra»

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Mi David, 190x160 cm

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Ahora podemos ver un poco más el detalle de la mirada:

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Detalle, Mi David.

Y para finalizar, porque somos unos enchufados, podemos ver al autor finalizando la obra: ¡un lujo señores y señoras, un lujo!

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Pintando Mi David

 

Grant Wood 10 mayo 2009

Filed under: Otros pintores,Paisajes,Retratos — Marta Moro @ 19:17

¿A que todos recordais la cabecera de la serie «Mujeres Desesperadas»?

Son una sucesión de grandes obras maestras de la pintura en la que salen representadas mujeres en su entorno de relaciones personales, generalmente con sus parejas masculinas. Además de hacer un recorrido histórico por la Pintura, lo hace también del papel social de la mujer, su evolución paralela. Es un ejemplo magnífico de cómo el Arte refleja la sociedad de su tiempo a través de los ojos del autor de la obra. Y además convertido en un formato muy visual y algo cómico que lo hace más accesible al público en general.

Una de estas pinturas es «Gótico Americano», obra más conocida de Grant Wood, el máximo exponente del «Regionalismo Norteamericano».

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Gótico Americano, Grant Wood, 1930

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Es una obra influenciada por el estilo gótico que Grant vino a estudiar a Europa, y con ella quiso rendir homenaje a la vida sencilla y puritana de los pueblos del Medio Oeste, en concreto Iowa, donde él residía. Para este cuadro posaron como modelos su hermana y su dentista, delante de una casa que le gustó desde que la vió.

Se muestra el papel secundario de la mujer, detrás del hombre, que es quien lleva la herramienta de trabajo, y sin mirar al espectador.

He encontrado en youtube, un video con una relación de las obras aparecidas en la cabecera de la serie, hecha por Borja Dapena González: Cabecera Mujeres Desesperadas, Borja Dapena González

En entradas posteriores voy a analizar un poco más alguna de ellas.

 

Peter Severin Kröyer 30 abril 2009

Filed under: Otros pintores,Paisajes,Retratos — Marta Moro @ 23:00

Otro pintor escandinavo de finales del siglo XIX, influenciado por el impresionismo francés de su época es Kröyer .

Como otros pintores nódicos estaba interesado en representar el ambiente creado por esa luz del norte tan pálida y suave, que hace que los colores sean ténues y en la gama de los pasteles, sin sombras contrastadas ni colores fuertes.

Ésta es su obra más conocida: «Tarde de verano en la playa del sur».

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tarde-de-verano-en-la-playa-del-sur-kroyer.

En esta otra página se pueden ver más cuadros de este pintor.

Me ha gustado especialemte éste, titulado «¡Hipp, Hipp, Hurra!», en el que hay más contrastes, pero para crear una suave atmósfera bajo una apacible sombra, si bien la alegría de la escena de brindis se expresa con el encuadre del grupo y sus gestos.

El mantel, la mujer y la niña con vestidos de color claro, contrastan con los tonos oscuros de las ropas de los demás personajes, que se incluyen en la negrura de la sombra. La situación de la mesa en diagonal y el punto de luz en las hojas verdes-amarillas del fondo, crea una gran sensación de profundidad y dinamismo. El hombre joven más alto a la derecha de todo, forma un eje con la mujer del vestido negro de la izquierda en primer término, haciendo un efecto de envoltura de la escena.

Una composición acertadísima para lo que quería transmitir: un grupo de gente alegre bajo una abradable sombra en un espacio reducido. Hay 11 personas en el cuadro.

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Hipp, hipp, hurra¡ Kröyer